“La percepción de la gente que entra en la calle, le sorprende. Tiene una calidad especial, se sale de lo común. Yo definiría Cesaula como un punto brillante en la calle Luis Aula“, explica Joaquín Lahuerta, Arquitecto y Socio Fundador de Ingennus.
Cesaula, el punto brillante de la calle Luis Aula
¿Qué premisas se tuvieron en cuenta a la hora de diseñar Cesaula?
Como cualquier edificio, a la hora de comenzar en un papel en blanco, hay una multiplicidad de factores muy importantes. Yo me centraría en dos aspectos: uno, lo que puede ser el programa, es decir, lo que te solicita el promotor en función de la localización, del estudio de mercado que haya hecho él…Habrá un porcentaje de viviendas de uno, dos, tres o cuatro dormitorios; se verá si quiere locales en planta baja o no, y esto, junto con los parámetros urbanísticos de la calificación que marca ese suelo, se conjuga y salen unas plantas que se consensuan con el promotor.
Cuando ya se aprueba, tenemos la base para empezar el proyecto. Luego, hay otro aspecto que es la de dotar de personalidad al edificio, lo que es el carácter de hacer un edificio único y especial. En concreto, la calle Luis Aula es una calle muy heterogénea en la que no hay una arquitectura muy definida ni hay una calidad sobresaliente de los edificios. Cesaula se sitúa en el hall de esa calle, en el comienzo. Y esto es importante porque el cliente final al que va dedicado es un perfil estándar alto.
Nosotros con este edificio perseguimos el dotarle como si fuera el hall de una casa, dado que está al comienzo de la calle, de una pieza especial que lo haga único y que es lo primero que va a ver y percibir el peatón al entrar. Ahí se conjuga una serie de materias, de texturas y de vidrios que entendemos que el resultado final hace que el edificio sobresalga sobre el resto y le dé una calidad especial.
¿Cómo habéis conseguido encontrar el equilibrio entre practicidad y belleza sin renunciar al cumplimiento de la normativa?
Lo primero de todo, decir que lo práctico y lo bello no tienen por qué estar separados. Especialmente, en este edificio lo primero que nos surgió es una herramienta que creo que el resultado fue positivo y es generar un espacio, un corredor, un vacío entre lo que es la calle y el interior, lo que es la pura función vacío, que era un corredor destinado a las terrazas. Esto nos permitió dos cosas: una, generar una piel interior, una piel que es más técnica en la que el tamaño del hueco y los elementos constructivos que se utilizaron obedecen más a una función y una practicidad, con un color que determinamos en tono oscuro para que casi pasara desapercibido; y una segunda piel exterior mucho más libre de ataduras, que no respondió a una función de dentro.
Esto nos permitió hacer un diseño mucho más libre, en el que la conjunción de materiales tiene unos espesores y unos grosores muy livianos, en la que juegan un papel fundamental los vidrios espejados con el aluminio. Se determina un color visón muy homogéneo , que le da un toque un poco elegante al edificio pero que, por otra parte, genera una fachada muy abstracta. En el sentido de que cuando el público o el peatón que vaya por la calle, no conciba el edificio como una sucesión concatenada de plantas, sino que lo vea más como una pieza.
Por poner un símil, es como cualquier obra literaria o una partitura. Siempre hay un comienzo, un intermedio y un final, y esto le da sentido a la obra. En este aspecto, yo creo que en Luis Aula se consiguió lo mismo. Nosotros generamos un cuerpo que se diferenciaba de lo que es el módulo central y los áticos con un remate distinto, que le dio sentido al edificio.
El vidrio fue un gran protagonista. El vidrio espejado consiguió también el efecto de que el propietario es observador de la calle, pero no es observado. Entonces tiene unos espacios de privacidad que creemos que son muy sugerentes.
Ventajas sistemas eficientes
¿Cómo se diseña para conseguir una calificación energética determinada, en este caso, la A?
El código técnico, desde que se hace el de 2006, establece unos rangos de calificación energética. Lo basa desde la A hasta el G, y no se basa en un parámetro, sino que se basa en dos. Por una parte, el consumo de energía primaria y, por otra, las emisiones de dióxido de carbono al ambiente.
En este sentido, Cesaula no es que consiga una calificación energética A, sino que consigue una calificación Doble A. Esto es importante saberlo porque no siempre se consigue. Y no solo se consigue la calificación energética A, sino que hay unos marcadores con unos umbrales, unas cifras determinadas, que tú cuando alcanzas ese valor, ya tienes la cantidad energética. En este caso, se superaron por mucho, con lo cual podemos decir que no es que tenga una Doble A, sino que va a tener una doble A ++.
Para conseguir esta eficiencia energética y sostenible tan importante en este edificio, nosotros nos basamos en una de las certificadoras energéticas más importantes del mundo, en los cinco principios del Instituto Passivhaus. Este instituto determina cinco axiomas, que son: una super envolvente térmica, una ausencia total de puentes térmicos en el edificio, unas ventanas y unos huecos muy prestacionales, una recuperación de calor de la ventilación mecánica y, por último, una hermeticidad y estanqueidad del edificio muy importante; con lo cual se introducen unos materiales que dejan el edificio absolutamente hermético.
¿Qué ventajas aporta la incorporación de sistemas eficientes como el suelo radiante o la aerotermia?
Primero, un ahorro energético importante porque la temperatura a la que circula el agua es mucho menor que un sistema de calefacción convencional y, por lo tanto, hay un alto ahorro energético tanto la calefacción como la refrigeración.
Luego, el confort, porque la sensación de calefacción a través de radiación, que es en este caso, es muy superior a la de la convención normal. Todos tenemos la percepción, por poner un símil, cuando estamos en la nieve o en un espacio abierto en invierno que te está dando el solecito y, aunque estemos a tres grados, dices “ay, qué calorcito hace”; pues esto es lo que pasa con la radicación, que con un umbral muy bajo de temperatura o más bajo de lo normal, la sensación de confort ya está conseguida.
Tampoco hay corrientes de aire indeseadas. Muchísima gente es incapaz de dormir por la noche con aire acondicionado. Sin embargo, con un suelo refrigerante sí, porque no se mueve el aire y la temperatura es constante. Esto, ayudado de toda la envolvente o la super envolvente térmica, te permite que la temperatura sea muy constante.
Luego, hay otros elementos pasivos como puede ser la aerotermia, que también tiene sus ventajas. Primero, tiene un único contrato, no tienes que pagar gas y electricidad, sino que aquí solo contratas la electricidad. Pero, además, lo que estamos es dotando a la vivienda de una energía renovable 100%. La aerotermia lo que hace es coger la energía del ambiente exterior, la transforma y la introduce dentro de tu casa a través del agua caliente sanitaria o de la calefacción y refrigeración. El recuperador de calor, lo mismo, todo esto da un gran ahorro energético y se convierte en confort, calidad y ahorro.
Ingennus, despacho de arquitectura artífice de Cesaula
¿Qué papel desempeña un estudio/empresa de arquitectura frente al resto de los agentes que intervienen en la construcción de una vivienda?
Yo creo que es fundamental. Por poner un símil, imaginaros un director de orquesta. Yo creo que el arquitecto es lo mismo, desde el origen del proyecto, si el arquitecto tiene un conocimiento profundo, va a saber adecuar y meter cada uno de los elementos que componen el proceso final de la edificación en su justa proporción.
Esto es importante de cara al resultado económico final de la promoción pero, además, al tener una visión universal de todas las disciplinas que entran, vas a saber en qué momento tiene que adentrar cada agente, con lo cual al tener una visión universal y global de la arquitectura del conjunto del edificio tiene una labor fundamental para que el producto final sea el adecuado y el correcto.
¿Qué criterios marcan vuestro “sello personal Ingennus” en el diseño de edificios?
Ingennus pone en el centro de su arquitectura a las personas. Nosotros hacemos los edificios para las personas, y no las personas para los edificios. Para esto es muy importante la comunicación que ha habido a lo largo de toda nuestra experiencia laboral -que es larga- entre el usuario final y el arquitecto.
Luego está el carácter ya más personal y estético, que ahí sí que interviene el promotor de cada uno de los edificios. El promotor es el que va a tener una idea de lo que quiere en su edificio y va a tener una comunicación con el arquitecto, porque llega un momento en que el cliente y el arquitecto es una única persona.
El arquitecto va a intentar satisfacer sus necesidades, pero se le va a dotar a cada uno de los directores y de arquitectos que participan de la máxima libertad y expresión para desarrollar un producto final que no solo funcione técnicamente muy bien, sino que tenga una calidad estética acertada, pero siempre dando esa libertad al técnico que es el que desarrolla su imaginación y termina por rematar el proyecto
